El jamón es uno de los productos estrella de la gastronomía española, un alimento que fácilmente se encuentra en los domicilios de muchos españoles y que se coloca como entrante en muchas comidas y cenas de diferentes celebraciones.

Las propiedades y la composición nutricional del jamón pueden variar en función de la tipología de este alimento. Es decir; de la raza, de la alimentación que los cerdos han llevado durante sus años de vida, de si se han criado en libertad o en cautiverio, de los años del cerdo, etcétera. No obstante, algunas de las propiedades compartidas en la mayoría de jamones son las siguientes:

Las proteínas son una de las mayores propiedades del jamón ibérico, razón por la que se ha puesto tan de moda entre deportistas.
También contiene grasas, aunque en menor medida. De todas las grasas que contiene, la mitad son monoinsaturada y poliinsaturadas.
Otra propiedad destacable es que en gran parte de su composición encontramos hierro. Con tan solo 100 gramos de jamón ibérico ya estaríamos aportando al cuerpo casi el 20% de la ración de hierro recomendada diariamente según los expertos.
Elevado aporte de vitaminas. Entre sus propiedades más destacadas no podemos olvidarnos del elevado contenido en vitaminas de diferentes grupos, como por ejemplo: la vitamina B1, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B6 y vitamina B12, principalmente.

El jamón ibérico 100% de bellota es aquel que se obtiene de cerdos de raza ibérica, tanto por parte de madre como por parte de padre, cerdos típicos de la Península Ibérica, criados normalmente en España, aunque también en algunas zonas de Portugal.

Los cerdos para considerarse 100% ibéricos deben proceder de padres inscritos en el correspondiente libro genealógico, según establece el Real Decreto 4/2014, de 10 de enero, por el que se aprueba la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico.

¿Es lo mismo pata negra que jamón ibérico?

Popularmente sí lo es. Aunque es verdad que hay muchos jamones ibéricos que pueden tener el pelaje y la pezuña de un color más suave. Eso dependerá de la genética del animal, y esto no es un indicativo de mala calidad.

El jamón se puede presentar en la mesa en un plato o también se puede presentar utilizando la forma rústica. Esta manera de presentarlo consiste en colocarlo junto a rodajas de pan rústico, o bien encima del pan rústico. ¡Ambas opciones son totalmente validas!

Umami, el sabor del jamón ibérico

Un sabor exquisito, unas ganas constantes de querer más, ¿te empieza a sonar esta sensación? Es la asociada al jamón ibérico y se debe a que esta delicia típica de nuestro país tiene un sabor que se conoce como ‘umami’.

El umami es la sensación que genera el glutamato monosódico. Es conocido como el quinto sabor básico.

Para identificar este sabor los expertos lo definen como un retrogusto prolongado. Normalmente es un sabor que provoca salivación extrema y una sensación aterciopelada en la lengua y en el paladar.

La proteína de la carne de cerdo es la responsable de que el jamón ibérico tenga este sabor. Esta se degrada por la acción de las enzimas proteolíticas transformándose en aminoácidos y glutamato, generando así este sabor tan característico.

Esto que has leído es una mera introducción sobre aspectos del jamón donde seguramente desconozcas algunos de ellos. Te invitamos a ampliar la información sobre este manjar leyendo todos los artículos que aparecen a continuación.